«Yo no tengo suerte. Yo hago mi propia suerte». Lección de vida, en Suits.
Hay una escena de la serie Suits que explica muy bien dos tipos de persona:
Los quejotas y quienes se ponen a trabajar.
El protagonista, que es un abogado muy alfa llamado Harvey, es encarado por un tipo que está contra él en un caso.
Así que la conversación va algo así:
«La última vez ganaste porque tuviste suerte…»
«¿Ves? Esa es la situación de la gente como tú. Siempre creen que las otras personas tienen suerte. Yo no tengo suerte. Yo hago mi propia suerte».
Vaya.
Era responderle, no humillarlo.
Mira.
La vida es así:
Hay gente que se queja de su situación pero no mueve ni un dedo para cambiarla.
Hay gente que mueve todo por cambiar su vida y nunca lo logra.
Y hay gente que mueve todo y termina por darle un giro de 180 grados.
Lo que sí es cien por ciento seguro es que el primer tipo de persona no tiene ninguna oportunidad.
Ni de darle la vuelta.
Ni de cambiar su situación.
Ni de dejarse de quejar.
Son personas que ven un negocio exitoso y piensan «claro, para los ricos todo es fácil»… pero no son capaces de ver detrás del trabajo.
Esto tiene una explicación muy simple: no tienen la capacidad de proyectarse en el éxito.
Baja autoestima o lo que tú quieras, pero es así.
Si tú ves el negocio ajeno siendo exitoso y piensas que no hubo trabajo detrás, de quien habla realmente es de ti, no del negocio.
Y dice mucho.
Dice:
«No soy capaz de trabajar para llegar allí».
Y está bien.
Al final, la vida es de cada quien.
Nadie va a venir a tenderte la cama, hacerte sopita y depositarte dinero cada quincena por pasarte el día envidiando.
Nadie.
Así que:
O haces tu suerte.
O te quedas donde estás.
Bien.
Lo he dicho antes y lo repito ahora: bajo ninguna circunstancia prometo riqueza con mis formaciones.
Ni riqueza, ni dinero, ni más ventas, ni más negocio.
Prometo: información de valor, práctica y simplificada para la comprensión de la mayoría.
Con esta información tus probabilidades mejoran.
No se aseguran: mejoran.
Lo demás en «Formaciones».
Lo más reciente…
Debes escribir menos y pensar más: técnica de persuasión.
Uno de los grandes principios de la escritura persuasiva es:
Mucha investigación.
Poca redacción.
Mucha edición.
Técnica aplicada para generar atención y algo sobre contar historias.
Esto puede importarte.
¿Cómo lo sé?
Porque a todo el mundo le gusta ganar más dinero.
A todos.
Por más jipis, iluminados, yoguis y desconectados del ego que sean…
Les gusta ganar dinero.
No poco.
Mucho.
Recibe un relato gratuito como éste todos los días y mejora tus habilidades de persuasión, copywriting y marketing digital.
Al hacer clic en «Quiero suscribirme» das tu consentimiento para que te mande un mail todos los días. Siempre cerraré ofreciéndote comprar algo de lo que hago, porque me gusta vivir tranquilo. Te lo digo ahora, para que si recibir mails diario o ser cliente potencial supone una molestia para ti, mejor lo consideres.